Al ir tomando las clases fui experimentando (según el momento de la vida) cambios en la mente, cuerpo y en las emociones. Con esta última fue durante todo el proceso un torbellino, el reconocerme desde otra perspectiva, el cometer errores por estos nuevos estados emocionales y poder llegar a través de la introspección a la meditación, tal vez aún no es prolongada pero he avanzado a la quietud mental, fue y es lo más complejo que estoy experimentando y siento que aún hay mucho que recorrer. Con la experiencia física hubo un reconocimiento desde el no juzgarme, el dejar que las agüitas fluyeran también fue un reconocimiento. Reconocer a otras mujeres en mi, la conexión con la creación, con el todo desde otro lugar. Aún siento y vivo este proceso por que siempre es algo distinto, un color diferente que lleva hacia un lugar, un animalito de poder de visita, la tierra con los tambores, el disfrute de ver a las compañeras liberarse y amarse….no sé cómo podría reflejar en palabras algo que es tan mágico de vivir, tan intangible a veces…