Priscila Figueroa

Durante la formación pude experimentar un cambio cognitivo al poner en praxis muchos aspectos del yoga que había aprendido de manera teórica, asimilando de manera real todo lo que había conceptualizado hasta el momento, comprobando que una hora de práctica vale mucho más que 100 horas de teoría. A nivel metodológico encontré un soporte y un sustento mucho más claro para orientar mis clases y la forma de conectarme con mis alumnas y alumnos. También logré percibir con  mayor claridad la forma en que debemos flexibilizar nuestros modelos mentales e ideas preconcebidas al dictar una clase. Es más importante dictar lo que nuestros y nuestras practicantes necesitan que lo que nosotros deseamos enseñarles.

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