Natalia Orellana Herba

Sin lugar a dudas, existe un antes y un después de esta hermosa formación, primero de manera grupal conocí mujeres que están recorriendo el mismo camino, la convivencia con ellas fue nutritiva en cada minuto. Experimenté una combinación de sensaciones físicas, emocionales y espirituales muy profundas. Aprendí a utilizar sonidos y frecuencias para sanar, al mismo tiempo que trabajé mi proceso de autodescubrimiento. A través de la práctica, la teoría y la interacción con mis compañeras y profesora, evidencié que adquirí herramientas poderosas para mejorar mi bienestar y ayudar a los demás a sanar. La formación de sonoterapia se convirtió en una experiencia de transformación, tanto personal como terapeuta.

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