A nivel físico el cambio es notorio, tengo más energía, recuperé flexibilidad y aprendí mis límites en términos de mi hiperlaxitud, sé cuándo debo cambiar postura de manos y no sobre exigirme sólo para llegar a alguna postura. Siento mi cuerpo más liviano y mi musculatura tonificada, a pesar que aún hay por trabajar, me siento cómoda habitando mi cuerpo y eso me hace sentir bien.
Mentalmente logré cambios que sé ya son parte de mi vida, el lograr respirar ante situaciones que generaban ansiedad me ha permitido ir más tranquila y pausada en la mayoría de las situaciones que vivo a diario; tomar pausas y darme el tiempo de reflexionar antes de expresarme o tomar decisiones también me llevado a un estado mental de mayor calma.
Emocionalmente creo que he logrado bajar mi intensidad y podido manejar esas emociones que me bloqueaban y que no me dejaban avanzar. Crear clases y lograr realizarlas sin ansiedad, disfrutándola sin juzgarme o auto boicotearme, es algo que me llena de gratitud y paz.
Esta formación cumplió por lejos mi objetivo, que no sólo era aprender a hacer clases, sino que me permitió cambiar mi estilo de vida y poder transmitir éste a través de mis clases.