A nivel físico, sentí afinar el oído al identificar sonidos que no conocía como los armónicos en los instrumentos como el gong y los cuencos de cuarzo y también al experimentar con el canto armónico. Fue muy enriquecedor y un descubrimiento. A nivel mental, siento la inquietud de profundizar más en los fundamentos tanto ancestrales como de la investigación científica actual de la sonoterapia. Lo siento importante pues es un sustento necesario para el ejercicio como terapeuta del sonido. A nivel emocional, ha sido un deleite toda la formación porque he vivido lo que aplicaré o estoy aplicando y siento que es fundamental la vivencia previa a la entrega. He sentido acrecentar mi conciencia de unidad con todo y la Fuente; realmente siento que vibro en una frecuencia más alta. La experiencia del colibrí, una sesión que di a un señor, que sin conocernos abrió su corazón que estaba muy angustiado por el cáncer que estaba viviendo desde ya hace tiempo, la sesión a distancia al hijo de mi amiga, que está con tratamiento de cáncer, el cese de convulsiones de una gatita a la que acompañé con cuenco metálico y canto de mantras son experiencias que me hablan de ello. Esas y otras experiencias me hacen estar profundamente agradecida de haber accedido a esta formación. Nada es casual y espero que vengan otras instancias de seguir profundizando en este campo del sonido que puede brindar tanto bien a quien lo da como a quien lo recibe.