A nivel personal, de los instrumentos vistos en clases, pude experimentar la necesidad de escuchar los cuencos de cuarzo, al inicio solo me llamaba la atención el sonido, luego de poder adquirir mi propio cuenco, noté que se generó una conexión y necesidad de escuchar su sonido frecuentemente, generando un estado de relajación y concentración más rápido, facilitando mis meditaciones diarias. En cuanto a mis pacientes, noté un cambio muy marcado en relación al sueño ya que logran dormir más rápido y profundo posterior a las sesiones. Al realizar meditaciones sin cuenco, les cuesta más entrar en el estado meditativo, en cambio con el cuenco logran relajación casi al primer sonido. También es una herramienta que disminuyó la ansiedad a largo plazo. Por los buenos resultados, hoy incorporo en cada sesión sonoterapia.